Me he visto en ocasiones donde personas se me acercan preguntándome “como pueden aprender a hablar en público”, ya que siempre les cuesta poder reunir las palabras necesarias para poder expresarse sobre un tema determinado. Uno comienza a expresarse en público en la escuela y allí es cuando uno entiende si le va bien el hablar en público, cuando el maestro, tutor o profesor manda a realizar una exposición.

Yo, Ismael Gerli Champsaur, siempre me gustó hablar en público, expresar mis ideas y hacer que otros pudieran aprender de mí. No siempre es tan sencillo como parece, porque aunque tengamos esa habilidad siempre existe ese pequeño miedo que nos arropa al momento de tomar un micrófono y de pararnos frente a mucha gente a exponer una idea.

Algunos consejos personales para que puedas hablar en público sin miedo son:

  • Piensa, ¿A quién le tienes miedo? ¿A hacer el ridículo, a que se rían de ti, a tartamudear, a perder prestigio profesional? Son cosas que nunca pasan. ¿A cuántas personas conoces a las que hayan despedido de su empresa por no hablar bien en público? Si el miedo es a quedarte en blanco, lleva notas, si es a que no te funcionen los medios audiovisuales, lleva un plan B, es decir, si se trata de cosas que realmente pueden pasar, toma las medidas necesarias para reducir esa posibilidad al mínimo.
  • Gánate a la audiencia con una buena introducción. Preséntate para hablar en público y busca una frase o cita ingeniosa.
  • Cuanto mejor te sepas el tema, menos nervios tendrás.
  • Si te da un ataque de pánico en medio de charla, respira, mira tus notas, bebe agua y sonríe. Luego retoma tu charla a un ritmo lento. Verás como en seguida todo vuelve a fluir.
  • Engáñate a ti mismo. ¡Funciona!  La audiencia no suele notar los nervios del ponente, o los nota mucho menos que él mismo, por tanto: olvídate de ellos, haz como si no existieran. Parecerá una tontería pero es el mejor remedio contra los nervios. ¿Que te tiembla la voz? Ni caso, ya se pasará. ¿También te tiemblan las manos? Las colocas un rato en la espalda y sigues como si nada. Piensa que no estás nervioso, solo estás PREPARADO, con la adrenalina suficiente para que salga todo rodado.
  • Y pase lo que pase, ¡sonríe!

A hablar en público se aprende hablando en público, por eso, cada vez que tienes que hacerlo, es una oportunidad para mejorar. ¡Aprovéchala!