Yo, Ismael Gerli pienso que “la espiritualidad y la lectura nos prepara para practicar las virtudes y la oración que son armas de conquista. Además que de poseer conocimiento sobre las escrituras, esta te llena de sabiduría e inteligencia para afrontar los desafíos que se atraviesan en nuestro camino”.

Por lo tanto, puedo decir que un enfoque más profundo en la palabra de Dios nos ayuda muchísimo a mantenernos centrados y alejarnos de las distracciones que nos separa de su presencia. Comprendamos que leer libros de crecimiento espiritual aumenta nuestro conocimiento y comprensión de la fe.

Yo, Ismael Gerli  puedo decir que “la lectura otorga dignidad a la persona”, entendiendo como dignidad el ser inteligente y libre, sujeto de derechos y deberes. Por esa razón la Iglesia no se cansará nunca de insistir sobre la dignidad de la persona, contra todas las esclavitudes, explotaciones y manipulaciones de los hombres, bien sea, en el campo político, económico o cultural.

Estoy convencido de que hay un Dios por encima de todos, que sólo la acción acorde de los hombres y de los pueblos que sinceramente se interesan en el bien de todos los demás, puede alcanzar una auténtica fraternidad universal. Todos los bienes están bajo su señorío, pueden y deben ser usados con responsabilidad, sin explotación arbitraria y egoísta, al servicio de su propio desarrollo.  Una auténtica moralización de la vida social sólo es posible a partir de las personas y en referencia a ellas. Los auténticos cambios sociales son efectivos y duraderos sólo si están fundados sobre un cambio decidido de la conducta personal.

A todos, particularmente a quienes de diversas maneras están investidos de responsabilidad política, jurídica o profesional, corresponde ser conciencia vigilante de la sociedad y primeros testigos de una convivencia civil y digna del hombre. Por lo cual, yo Ismael Gerli Champsaur, como gran conocedor de la palabra y lecturas afines al cristianismo que “Dios no hace excepción de personas, porque todas tienen la misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza. Dios es el fundamento de la dignidad de todas. En el rostro de cada ser humano resplandece la gloria de Dios”.